Esta historia materializa un encuentro con personas maravillosas, que creen en el arte y viven para construirlo todos los días.
Con estos cinco personajes que conocerán a continuación me he encaprichado en particular. Su energía, sus cinco instrumentos en sincronía y su talento vuelan por los aires hasta aterrizar en los oídos enamoradizos de la buena música. Es por ellos que ahora echo a volar estas letras.
Con estos cinco personajes que conocerán a continuación me he encaprichado en particular. Su energía, sus cinco instrumentos en sincronía y su talento vuelan por los aires hasta aterrizar en los oídos enamoradizos de la buena música. Es por ellos que ahora echo a volar estas letras.
Del F-31, avión en el que viajaría Carlos Gardel desde Medellín una tarde de 1935, solo quedaron los restos envueltos en una veladura densa y gris. 76 años después, en la misma ciudad que lo vio arder, el F-31 resurgió de las cenizas en todo su esplendor, como ave fénix que renace para alzar vuelo.
Foto: PolloDoll López
El Efe (F-31) cobra vida en el centro de cinco corrientes de viento que al encontrarse lo hacen flotar. Los sonidos de un bandoneón, un piano, una guitarra, un violín y un contrabajo soplan desde diferentes direcciones creando una esfera, una sinergia musical en la que la aeronave comienza a ascender al infinito.
Los autores intelectuales de tal efecto etéreo y exquisito son Marco Blandón, Paulo Parra, David Mira, Carolina Granda y Sebastián Montoya. Ellos cinco, todos músicos de Medellín, se unieron en 2011 para emprender el proyecto F-31 Quinteto, un viaje instrumental por el universo del tango.
Ellos mismos definen su repertorio como “raro, con temas inéditos y canciones no muy conocidas”. Cuando el público los escucha, sus definiciones del tango se turban. El grupo ha evolucionado los clásicos a un plano moderno, espacio en el que abundan los experimentos sonoros, la música de antaño se quita décadas de encima y se reinventa constantemente, conservando a la vez la esencia apasionante y nostálgica que la caracteriza.
Los autores intelectuales de tal efecto etéreo y exquisito son Marco Blandón, Paulo Parra, David Mira, Carolina Granda y Sebastián Montoya. Ellos cinco, todos músicos de Medellín, se unieron en 2011 para emprender el proyecto F-31 Quinteto, un viaje instrumental por el universo del tango.
Ellos mismos definen su repertorio como “raro, con temas inéditos y canciones no muy conocidas”. Cuando el público los escucha, sus definiciones del tango se turban. El grupo ha evolucionado los clásicos a un plano moderno, espacio en el que abundan los experimentos sonoros, la música de antaño se quita décadas de encima y se reinventa constantemente, conservando a la vez la esencia apasionante y nostálgica que la caracteriza.
El renacer del fénix
Los integrantes se conocieron en la Red de Escuelas de Música de Medellín, en la Escuela de Tango. Algunos, como Paulo –contrabajista- y Sebastián –violinista-, trabajaban allí, mientras Marco iniciaba su formación como bandoneonista y David Mira incursionaba en el mundo de la guitarra al estilo del tango.
Un cuarteto que inició más como grupo de estudio que agrupación musical, pues comenzaron a reunirse solo una o media hora antes de los ensayos semanales de la Orquesta a practicar algunos temas. Así, las cortas sesiones fueron convirtiéndose no solo en un espacio para perfeccionar su repertorio, sino para soñar. Soñar con el tango, con vivir para hacer tango como grupo.
Y en 2011, cuando de los sueños pasaron a la proyección, Marco compró su bandoneón y Paulo buscó en su lista de contactos a la última pieza de este proyecto, el piano. Y aterrizó el piano y con él su intérprete: Diana Carolina. “Yo no soñé mucho con tocar tango, pero acepté y empecé a trabajar en muchas cosas que me eran desconocidas… Sí es bueno saber por qué uno dice que no le gusta el tango, pues es simplemente por desconocimiento o ignorancia”, dice la pianista que ahora se considera una enamorada de este género.
Con el quinteto consolidado, han ido construyendo y perfeccionando su estilo en compañía de maestros y músicos argentinos que viven o visitan Medellín. Gracias a ellos, han aprendido a ejecutar la técnica, han viajado por el cosmos tanguífero a la búsqueda de diversos estilos, de los más renombrados músicos así como de prolijos compositores sin fama, y con ello, han logrado encontrarse a ellos mismos.
Con ese encuentro han logrado, por ejemplo, armar un estilo propio que consiste en dotar de frescura al tango. Su aire distinto parte de la base que cuentan con un repertorio instrumental, algo que no es común en una ciudad en la que la mayoría de repertorio está diseñado para cantantes. Así, con su primera producción, “Alzando vuelo”, Efe sienta un precedente en el país al ser el primer disco instrumental de tango en formato de quinteto 100% hecho en Colombia.
Un cuarteto que inició más como grupo de estudio que agrupación musical, pues comenzaron a reunirse solo una o media hora antes de los ensayos semanales de la Orquesta a practicar algunos temas. Así, las cortas sesiones fueron convirtiéndose no solo en un espacio para perfeccionar su repertorio, sino para soñar. Soñar con el tango, con vivir para hacer tango como grupo.
Y en 2011, cuando de los sueños pasaron a la proyección, Marco compró su bandoneón y Paulo buscó en su lista de contactos a la última pieza de este proyecto, el piano. Y aterrizó el piano y con él su intérprete: Diana Carolina. “Yo no soñé mucho con tocar tango, pero acepté y empecé a trabajar en muchas cosas que me eran desconocidas… Sí es bueno saber por qué uno dice que no le gusta el tango, pues es simplemente por desconocimiento o ignorancia”, dice la pianista que ahora se considera una enamorada de este género.
Con el quinteto consolidado, han ido construyendo y perfeccionando su estilo en compañía de maestros y músicos argentinos que viven o visitan Medellín. Gracias a ellos, han aprendido a ejecutar la técnica, han viajado por el cosmos tanguífero a la búsqueda de diversos estilos, de los más renombrados músicos así como de prolijos compositores sin fama, y con ello, han logrado encontrarse a ellos mismos.
Con ese encuentro han logrado, por ejemplo, armar un estilo propio que consiste en dotar de frescura al tango. Su aire distinto parte de la base que cuentan con un repertorio instrumental, algo que no es común en una ciudad en la que la mayoría de repertorio está diseñado para cantantes. Así, con su primera producción, “Alzando vuelo”, Efe sienta un precedente en el país al ser el primer disco instrumental de tango en formato de quinteto 100% hecho en Colombia.
El avión que tardó 76 años en despegar
El 24 de junio de 1935 en Medellín, una procesión se dirigía hasta el Aeropuerto Las Playas –actual Olaya Herrera- para agitar sus manos hacia el cielo. Volaban besos, ovaciones y ecos de despedida para el magnánimo Carlos Gardel y sus músicos, quien esa tarde viajaban hacia la ciudad de Cali.
Cerca de las tres de la tarde, una banderilla verde daba en la pista señal de despegue al F-31, el avión metálico en el que iban a bordo Gardel y 10 pasajeros más. Mientras tanto, otro avión conocido como El Manizales de la empresa alemana SCADTA se iba aproximando a la pista a la espera de la partida del otro, de la empresa SACO.
Veloz, el F-31 inició su carrera de despegue, aumentando progresivamente la velocidad por la pista recta, próximo a retirar las llantas del asfalto. Allí, en sus últimos metros, encontró a El Manizales atendiendo a un costado de la pista y se desvió hacia él, provocando primero una colisión y luego un estruendo aterrador acompañado de una chispa que fue esparciendo sus colores rojo y naranja hasta envolver en una bola de fuego a las dos aeronaves.
Las consecuencias fueron atroces. Un total de tres sobrevivientes y diecisiete fallecidos, entre ellos el Rey del Tango.
De aquel hecho fatídico, pero que a la vez hizo desplegar las alas del tango en la ciudad, surge el nombre de F-31 Quinteto. Para ellos, hacer música no es solo un pasatiempo, sino una forma de vida, una fuerza apasionante y envolvente pues, “cuando te metes en el tango, te metiste de lleno y no hay salida”, como dice Marco, el bandoneonista.
Cerca de las tres de la tarde, una banderilla verde daba en la pista señal de despegue al F-31, el avión metálico en el que iban a bordo Gardel y 10 pasajeros más. Mientras tanto, otro avión conocido como El Manizales de la empresa alemana SCADTA se iba aproximando a la pista a la espera de la partida del otro, de la empresa SACO.
Veloz, el F-31 inició su carrera de despegue, aumentando progresivamente la velocidad por la pista recta, próximo a retirar las llantas del asfalto. Allí, en sus últimos metros, encontró a El Manizales atendiendo a un costado de la pista y se desvió hacia él, provocando primero una colisión y luego un estruendo aterrador acompañado de una chispa que fue esparciendo sus colores rojo y naranja hasta envolver en una bola de fuego a las dos aeronaves.
Las consecuencias fueron atroces. Un total de tres sobrevivientes y diecisiete fallecidos, entre ellos el Rey del Tango.
De aquel hecho fatídico, pero que a la vez hizo desplegar las alas del tango en la ciudad, surge el nombre de F-31 Quinteto. Para ellos, hacer música no es solo un pasatiempo, sino una forma de vida, una fuerza apasionante y envolvente pues, “cuando te metes en el tango, te metiste de lleno y no hay salida”, como dice Marco, el bandoneonista.
Había una vez, un Valle de Tango
El cuerpo de Gardel fue despojado de la vida esa tarde de 1935, pero su memoria, aquella figura de hombre gaucho y bohemio, se hizo inmortal en Medellín. A partir de ese momento su esencia habita los movimientos de bailarines y las manos y genio de diversos artistas que hasta nuestros días construyen y hacen homenaje permanente a la cultura tanguera en la ciudad.
Desde el suceso del F-31, no solo Gardel, sino el tango, se mitificaron en las calles del Valle de Aburrá. En algunos sectores abundaban los negocios y cantinas en las que los tragos se servían a la cadencia de los temas de grandes artistas como Ignacio Corsini, Astor Piazzola, Mercedes Simone, Roberto Goyeneche y el infaltable Rey del Tango.
En la actualidad, en Medellín no hay un colectivo tanguero a nivel musical; la memoria de este género prevalece en especial gracias a las academias y gremios de bailarines. Sin embargo, existen certámenes como el Festival Internacional de Tango y programas que impulsan su aprendizaje como la Orquesta Escuela de Tango. Pero hay una premisa que F-31 tiene presente, y es que “el tango es un género que se aprende en la calle, desde la tradición oral hasta juntarse y tocar con el otro”.
Y a pesar de que podríamos llegar a pensar que el ritmo cardiaco del tango hoy en día no es el mismo que en antaño, su corazón late. Late en las academias de danza, en bares y salones como Málaga, La Boa, La Casa Gardeliana, entre otros; y en este quinteto, cinco fragmentos esenciales de corazón palpitando al mismo ritmo.
Desde el suceso del F-31, no solo Gardel, sino el tango, se mitificaron en las calles del Valle de Aburrá. En algunos sectores abundaban los negocios y cantinas en las que los tragos se servían a la cadencia de los temas de grandes artistas como Ignacio Corsini, Astor Piazzola, Mercedes Simone, Roberto Goyeneche y el infaltable Rey del Tango.
En la actualidad, en Medellín no hay un colectivo tanguero a nivel musical; la memoria de este género prevalece en especial gracias a las academias y gremios de bailarines. Sin embargo, existen certámenes como el Festival Internacional de Tango y programas que impulsan su aprendizaje como la Orquesta Escuela de Tango. Pero hay una premisa que F-31 tiene presente, y es que “el tango es un género que se aprende en la calle, desde la tradición oral hasta juntarse y tocar con el otro”.
Y a pesar de que podríamos llegar a pensar que el ritmo cardiaco del tango hoy en día no es el mismo que en antaño, su corazón late. Late en las academias de danza, en bares y salones como Málaga, La Boa, La Casa Gardeliana, entre otros; y en este quinteto, cinco fragmentos esenciales de corazón palpitando al mismo ritmo.
F-31 alza vuelo
Foto: PolloDoll López
Alzando vuelo, el primer trabajo discográfico de la agrupación, plasma el trabajo que han realizado Marco, Paulo, Carolina, David y Sebastián en los últimos cuatro años. Viaja por sus inicios y primeros arreglos hasta llegar al más reciente de ellos.
Seleccionaron los temas que “merecían ser grabados”; ocho temas y dos extras, ni más, ni menos. Grabaron una pieza compuesta por David Mira y dos composiciones que un par de amigos argentinos les hicieron de regalo. También, un pasillo de la zona andina colombiana del maestro León Cardona. Los otros temas son arreglos de tangos que quisieron desbaratar y volverlos a armar a su manera, como un rompecabezas.
Estos discos que despegan, F-31 espera que aterricen en diversas casas de la ciudad, que suenen en los carros y que amenicen noches de reunión; en definitiva, que la ciudad se apropie del tango. Pues, para ellos, “F-31 es un grupo de la ciudad de Medellín y para la ciudad de Medellín”.
También es el comienzo de una revolución tanguera. Una oportunidad para motivar a artistas del género a poner a volar sus creaciones y con ello, que el Valle de Aburrá quede envuelto en el halo del tango, entre rojizo y vino tinto, con toda su fuerza, su pasión y su vuelo.
Seleccionaron los temas que “merecían ser grabados”; ocho temas y dos extras, ni más, ni menos. Grabaron una pieza compuesta por David Mira y dos composiciones que un par de amigos argentinos les hicieron de regalo. También, un pasillo de la zona andina colombiana del maestro León Cardona. Los otros temas son arreglos de tangos que quisieron desbaratar y volverlos a armar a su manera, como un rompecabezas.
Estos discos que despegan, F-31 espera que aterricen en diversas casas de la ciudad, que suenen en los carros y que amenicen noches de reunión; en definitiva, que la ciudad se apropie del tango. Pues, para ellos, “F-31 es un grupo de la ciudad de Medellín y para la ciudad de Medellín”.
También es el comienzo de una revolución tanguera. Una oportunidad para motivar a artistas del género a poner a volar sus creaciones y con ello, que el Valle de Aburrá quede envuelto en el halo del tango, entre rojizo y vino tinto, con toda su fuerza, su pasión y su vuelo.
¿Quieren saber más sobre F-31 Quinteto?
Aquí les dejo un video y su página de Facebook en la que se podrán poner al tanto de sus travesías tangueras: F-31 Quinteto
Aquí les dejo un video y su página de Facebook en la que se podrán poner al tanto de sus travesías tangueras: F-31 Quinteto